domingo, 19 de abril de 2009
sábado, 18 de abril de 2009
NI LOS MONUMENTOS SE SALVAN CUANDO LLEGA UN VENEZOLANO “SUSCEPTIBLE”
Como hemos podido leer unos y observado la mayoría de los sancristobalenses, cada vez que hay algún evento nacional, regional e incluso municipal, ya sea éste una feria, elecciones, juegos de pelota, cualquier celebración, incluso días festivos anuales como año nuevo o navidad son pretexto de nuestros conciudadanos para beber licor como si se les fuera la vida en ello.
Lamentablemente el venezolano continúa decayendo en cultura, vamos en caída prácticamente libre y golpearemos el suelo tan duro que al levantarnos obtendremos una deficiencia de moral tan grande que acabará con nosotros mismos, una de nuestras tantas armas contra esta “caída libre” es la creación de consciencia, cuestión que muchos intentamos pero pocos logran.
El problema no es el casi demencial gusto de “festejar” de los venezolanos, en este caso de los sancristobalenses, éste se presenta cuando creen que tienen el derecho de festejar en cualquier lado y como quieran por la triste excusa de la “libre expresión”, algunos “conocedores” incluso citan la Constitución en su Capítulo III: De los derechos civiles. Artículo 57: Toda persona tiene derecho a expresar libremente sus pensamientos, sus ideas u opiniones de viva voz, por escrito o mediante cualquier otra forma de expresión y de hacer uso para ello de cualquier medio de comunicación y difusión, sin que pueda establecerse censura…
Pero como sabemos el venezolano es conocido mundialmente por ser hábil manipulando la información, adecuándola a su muy conveniente beneficio, y olvida el resto del artículo: …Quien haga uso de este derecho asume plena responsabilidad por todo lo expresado. No se permite el anonimato, ni la propaganda de guerra, ni los mensajes discriminatorios…
Uno de los ejemplos más notables, es el de nuestro Obelisco, el cual no es cuidado ni por el cuerpo de bomberos que lo tiene en frente desde que fue fundado su cuartel central en 1973; estos bomberos dan a entender, como toda autoridad venezolana, que se puede hacer lo que sea, donde sea, hasta que... como hemos visto no es hasta que oímos que viene una o varias consecuencias cuando la gente huye del lugar, y apoya la “causa moral obvia” que es la conservación del patrimonio.
No basta con dejar todas las calles sucias, no basta con rallar todas las paredes, rejas y hasta árboles en su camino, ahora dañaron uno de los monumentos del Estado, ¿excusa? “Rechazamos estos actos que dejaron tres compañeros heridos con botellas, además de un grupo de personas asustadas que también tenían niños; esto no puede continuar así, deben tomar consciencia”. No sorprenda cuando del exterior nos perciban como unos inmaduros y no quieran hacer tratos con Venezuela por nervios de nuestra ya famosa impulsividad…
Ayudemos a conservar nuestra integridad, no es necesario ser violentos ni dañinos para pasarla bien, tenemos que regresar a las primeras peleas de nuestros padres, “no lo tires porque lo dañas y después nadie lo puede usar”, recordemos finalmente al gigante de la paz Martin Luther King Mis derechos terminan donde comienzan los del otro.